Recorrido para el visitante a la exposición UN PENSAR DISTINTO

ARTSevilla 22 – VI Encuentro Internacional de Arte Contemporáneo.

Texto recorrido por la sala Triunfo en la Casa de la Provincia UN PENSAR DISTINTO

ARTSevilla lleva, desde hace años, practicando una gestión cultural particular y muy poco habitual, ya que pretendemos que nuestros visitantes se lleven para el recuerdo una experiencia única visitando la muestra y siendo capaces de ver más allá de lo propio percibido en ella. Este texto puede completar de una forma global la experiencia del público sumando el sentido por la que esta ha sido premeditada y diseñada museísticamente. Ahora nos adentraremos a través de la palabra de lleno en ella: UN PENSAR DISTINTO, exposición inaugural de ARTSevilla 2022 en la Sala del Triunfo de la Casa de la provincia de Sevilla.

Cuando cruzamos la puerta de entrada nos encontramos con la obra de Alejandro Rojas y Nacho Domínguez-Adame que dan vida al cartel del sexto Encuentro Internacional de Arte Contemporáneo ARTSevilla. El título de esta exposición, correspondido al leitmotiv de este año, nos introduce en las reflexiones de esta nueva normalidad tras una pandemia mundial. Ale y Nacho lo muestran a la perfección con el bloque de hogares confinados, que además muestran los detalles de las vivencias o costumbres de cada hogar a través de los balcones o las ventanas. En la exposición es visible en forma de instalación con impresiones de alta calidad de estas realidades y la han hecho realidad con una increíble maqueta.

Iniciamos el recorrido con cuatro mujeres de gran fuerza narrativa e impacto visual. Pilar Lozano fotografía a sus mujeres, mujeres cambiantes con historias universales, camaleones adaptadas a cualquier inclemencia, mujeres que, aún hoy, tienen que seguir buscando su espacio en la sociedad. Guerreras, así somos, mujeres que deben superarlo todo desde primera visión a este mundo. Raquel Serrano Tafalla es una de esas mujeres, además una creadora inusual que traslada superficies. ¿Qué es lo que vemos en ese plano gris? Es el “calco”, la proyección de una esquina de la estancia donde más tiempo pasó en el confinamiento, una abstracción sobre papel que puede evocarte a más sentidos que el de la visión. Claudia Suárez nos propone una reflexión de un tiempo ocioso, un cansancio que no agota pero que te hace reencontrarte con tu propio ser interno. Una deliciosa pintura que pregona de una naturaleza entendida como maestra: contemplarla y mimarla nos hace crecer. Preside la sala la gran Concha Ybarra, mujer luchadora por excelencia, que nos habla de como la casa se convierte en refugio, en esperanza. Un retablo pictórico original precedido de un jarrón cerámico cargado de la imaginación exultante de su personalidad.

En la siguiente sala la naturaleza puede ser el contenido predominante. Marta G. Rangel, enfermera además de artista, está muy implicada en la sostenibilidad y en los problemas del planeta. Nos adentra en un jardín vertical de mascarillas recicladas que nos aluden al agravante de contaminación que éstas han supuesto en esta nueva normalidad y ya son un problema para el hábitat. Ángeles Oria, otra artista muy activa en esta causa, nos lanza un mensaje esperanza con unas pinturas que invitan a sumergirte en esa superficie tan bella. Ella considera que los humanos somos capaces de verter sobre la naturaleza efectos positivos y no negativos. A su lado vemos las creaciones de Alejandro Alcántara con un lenguaje plástico muy distinto nos hacen pensar en la pérdida de libertad, las prohibiciones. La pandemia nos ha hecho reinventarnos dentro de nuestras casas-jaulas dónde vivimos durante meses.

La pintura sigue predominando en la sala con Andrés Aparicio, creador onubense que sabe localizar objetos clásicos y llevarlos a la más fresca contemporaneidad, o con Agus Díaz Vázquez, que nos lleva de regreso a nuestros orígenes. Según conocemos, puede aludir a su propia introspectiva: el entorno natural vivido en su sierra. El arte de Agus se asemeja a lo primitivo, lo natural de antaño, el arte íbero. Una pintura sencilla, salvaje y divertida. Fernando Parrilla nos inunda con sus universos mágicos, a modo de los trazos de Henry Michaux crea un ruido manifiesto en la mirada del espectador.

Introduciéndonos al vientre de la ballena, nuestro querido amigo Paco Pérez Valencia crea insitu una obra abrumadora que nos transporta a un corazón que grita: ¡estoy vivo y lleno de amor! “No solo oro” son las huellas de sus gritos alegres que apuntan hacia una Cristina Vela que con su delicada y dorada maestría con el bolígrafo nos traslada a su singular lenguaje íntimo. Frente a Paco tenemos al benjamín de la muestra, Jesús Robles que con 19 años se encuentra en su primera exposición. Robles ha dibujado desde que podía sostener el lápiz en las manos, dibuja para entender el mundo y comprenderse a él. Para él, el mundo es uno donde nadie conoce a nadie, la hiperconectividad abruma y nos hace auto excluirnos e incomprendernos como ser, llegando a anhelar esos tiempos de soledad con uno mismo. Multitudes, rostros sin rostros. A su lado encontramos a José Oriek y sus amigues, quienes nos hacen ver una forma diferente de admirar los rostros: rompe los estereotipos, la diversidad es la normalidad ¡entiéndelo! Estas luces y colores conectan perfectamente con la creación del joven grafitero Drili, quien está especializado en el uso de la geometría como base de sus diseños. Las formas juegan con los espacios propuestos creando, a veces, formas imposibles que nos recuerdan a Escher. Rompe el candor de la sala nuestra querida archivera de Sevilla María Cañas con una videocreación que nos hace reflexionar sobre nuestra falta de respeto a nuestra madre Tierra.

Si existe la magia en esta exposición es con Tomás García Asensio y Antonio Agudo, miradas contrarias que se dan la mano para acompañarse en el camino. Crean en la sala principal el mágico vientre de esta ballena. Antonio Agudo con su majestuosa obra “Políptico” nos conmueve desde los sentimientos más místicos, reflejo de lo que siente ante la grandiosidad de la Naturaleza. En cambio, Tomás García Asensio construye universos geométricos mediante reglas lineales y planos de color que emergen del plano. Una naturaleza matemática y racional que no te dejará indiferente. Ángela Mena continúa en su producción las reglas de Tomás, geometría por excelencia con su obra “Nido”, un símil de la que pudo ser nuestro hogar durante el confinamiento. Miguel Núñez, por el contrario, reflexiona con una pintura de contraste: “Belvedere”, una transformación neutral, misteriosa y contemporánea. Cierra esta magnífica sala nuestra querida escultora y amiga, compañera de vida, María Sánchez Agustino quien, lleva la tradición del bordado y reciclaje a un lenguaje moderno y exquisito. El sentir piel con piel bajo la reinvención de un nuevo abecedario de palabras-sentimientos, como solidaridad, amor o soledad, aquellas que nos recuerdan los tiempos del confinamiento. Citaba Pessoa “Tengo tanto sentimiento que es frecuente persuadirme de que soy sentimental, más reconozco, al medirme, que todo esto es pensamiento que yo no sentí al final”.

En la última parte una de las artistas más particulares a la hora de enfrentarse a su mundo y probar con su cuerpo es Susanne Steines, la influencia de las capacidades del ser humano para usar a modo curador los dos hemisferios del cerebro y conectarlos tal como hacía Michaux con la mezcalina. A su lado, Ana Escobar haciendo pura alquimia con su instalación extraída de la madre Tierra. Para ella la pandemia ha supuesto un regreso a su cuidad natal. Continuamos el recorrido con María Ortega Estepa, artista que nos habla de los recuerdos de su infancia a través de los árboles, semejantes a lo vivido, como las líneas de vida de un tronco. De repente la sala se llena de color y rabiosa energía con otro grafitero y diseñador, Sota Pérez, que nos presenta una de sus últimas piezas geométricas construidas a través de la destrucción de la forma y el movimiento de las contraformas. Le sigue el conjunto escultórico de Josema López Vidal ¿Más sobria en cuanto a color se refiere son las obras de Sara y Ricardo. Sara Escobar con sus ilustraciones, mezcla un lenguaje onírico y metafórico donde nos habla de la relación con el universo de internet y todo lo que de él nace. Contrarrestando aparece el artista visual Ricardo Márquez Pérez, @ichbinmupi en redes sociales, ganador de la beca Daniel Vázquez Díaz 2022 que se mueve en la frontera entre el diseño y el arte. Su estilo artístico se une al ‘new-media’ y el ‘code-art’ produciendo obras de arte generativo que dialogan con música electrónica. En la exposición vemos seis polaroids que aparecen después de un sueño de viejos recuerdos. ¿Cómo te sientes al percibirlas?

Terminamos el recorrido con mi más que compañera Noelia Arrincón, quien nos invita a mirar el cielo. La distorsión y el juego son sus recursos predilectos y como medio la geometría y los espejos rotos se hacen protagonistas traspasando sutilmente la frontera de la realidad. Ella, como “Alicia a través del espejo”, nos hace reflexionar en que nada es lo que parece.
Gracias, una vez más, a todos los participantes, al equipo ARTSevilla, al personal implicado en la muestra de ambas diputaciones por acompañarnos en esta aventura cultural un año más. Gracias a mi familia y amigos por apoyarme siempre desde mi casa, esa casa abstracta desde donde me libero y ¡ME SIENTO VIVA!.

Concluimos este recorrido textual con una frase del sombrerero que siempre me gustó. “Mi querida Alicia. En los jardines de la memoria en el palacio de los sueños. Allí es donde tú y yo nos volveremos a ver”.

 

 

 

 

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