Habitación 206. La valentía de mirar

La imagen que pinta un niño de cinco años y que todos deberíamos pintar

La sala 206 es la única del Museo Reina Sofía donde está prohibido tomar fotografías. En realidad, no hacen falta para recordarla. Además, si se quisiera hacer una foto de la estancia solitaria, la misión sería imposible. Es difícil que esté vacía, siempre hay una multitud arremolinada.  Los que entran deben hacerse un hueco para poder ver a la criatura que mide  349,3 x 776,6 y fue pintura.

Picasso

Guernica. Pablo Picasso, 1937. Museo Reina Sofía. Colección Permanente 1.

Alrededor de ella la gente pasea, se detiene cambiando el peso de su cuerpo de un pie a otro, balanceándose. Otras personas inclinan la cabeza sobre la audioguía y las hay quienes agotan la distancia de seguridad entre la pintura y ellas mismas. Ni esa longitud impuesta impide la cercanía y la conexión. Sus caras no arrugan la nariz ni arquean la ceja. Al contrario, se atreven a afirmar que eso lo debe haber hecho un niño de cinco años. Lo hace desde la reivindicación y desde la necesidad.

Todo está escrito sobre el Guernica. Quizás, también todo esté leído, pero nos queda pasar a la acción. Después de la valentía de mirar debe estar la osadía de reaccionar. John Berger en su libro Fama y soledad de Picasso (The Success and the failure of Picasso,1965) describe la acción de un grupo de niños de cinco años que respondieron usando las mismas medidas y el mismo estudio en el centro de París para pintar su propio Guernica. Aunque la composición y la ejecución son diferentes, están hablando de lo mismo, de algo universal que todos somos capaces de ver y de rehacer. Los niños han sido valientes: no sólo han mirado, han revisado la historia y han hablado.

Reina Sofía

Versión del Guernica de un grupo de niños parisinos, 2010. Berger, John (2013): Fama y Soledad de Picasso. Alfaguara.

El museo nos invita a pasar y nos enseña a mirar a pesar de que el Guernica (y todo lo que sucede en la sala 206) es difícil de recorrer. Abruma tanto documento, tanto por ver, tanto que no puede ser fotografiado. Entrar en la habitación 206 es recorrer un montaje disperso, discontinuo, por un periodo de la historia que poco se parece a la lección que nos enseñaron ese día en el colegio.  No reconocemos el discurso académico, se ha expandido, se han desbordado los límites. Y es entonces donde empieza nuestro proceso de respuesta, que nunca concluye, que necesita ser revisado porque la realidad hace tiempo que se demostró que no era ni única ni ahistórica. Tenemos que pintar nuestro propio Guernica como lo haría un niño de cinco años.

La sala 206 del Reina Sofía habla de una España en un contexto de guerra y da armas al que entra en él. No de las que matan, si no de las que (re)viven imágenes.

No tengo ningún recuerdo de la lección de ese día en el colegio. Hay que llevar(los/nos) al museo. Aunque no se puedan hacer fotos. No hace falta,  la habitación 206 va a ser  la única lección que recordarán.

La exposición La irrupción del siglo xx: utopías y conflictos. Guernica y los años treinta pertenece a la Colección 1 (colección permanente) del Museo Reina Sofía y se puede visitar durante todo el año. Más información en http://www.museoreinasofia.es

 

Imagen de portada. Extraída de http://guernicamitoeicono.blogspot.com.es/

Posted by: Marina Balcázar

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