
30 May Haris Epaminonda & The Infinite Library
Recuerdo con relativa claridad una conversación que tuve con un compañero de la carrera cuando aún estábamos estudiando Historia del Arte. Comenté que solía ir al Centro Andaluz de Arte Contemporáneo y, sorprendido, me preguntó que por qué, que a él no le llamaba especialmente la atención. Le respondí que como futuros historiadores del arte, lo lógico era que estuviésemos en contacto con el arte de nuestro tiempo ya que las circunstancias que influían en esas manifestaciones artísticas eran las mismas que vivíamos nosotros en nuestro día a día. O algo así. Han pasado ya muchos años y lo más seguro es que haya adornado un poco la respuesta.
Pero la conversación fue real, y mi interés por el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo no ha decaído en estos años, siendo un visitante asiduo cada vez que se inaugura una exposición. Incluso repito aquellas que más me llaman la atención.
El arte contemporáneo tiene la particular virtud de generar unos sentimientos contradictorios en el espectador. Del “eso lo hace un niño de cuatro años” al análisis megaprofundo al que sólo llegan unos cuantos hay un enorme abanico de formas de enfrentarse a él. Quizás lo mejor es acudir sin prejuicios, es la única manera de saborearlo y disfrutarlo.
Acudo a ver ‘The Infinite Library’, la propuesta que la artista chipriota Haris Epaminonda acaba de inaugurar en el CAAC con el runrún en mi cabeza de los que me han dicho que es una exposición magnífica y que tenía que verla lo antes posible. Normalmente mis gustos en arte contemporáneo no suelen coincidir con los generales y lo que a mí me parece sumamente interesante los demás lo ven como “algo ya visto” mientras que lo que los demás consideran imprescindible a mí no me dice absolutamente nada. Con esas dudas comienzo a recorrer la exposición de Epaminonda, una serie de piezas de coleccionista que han sido sacadas de contexto e introducidas en el sacro santo espacio del museo. Por las salas nos encontramos desde libros de los años 50 y 70 hasta plantas, alfombras y piezas colocadas de forma antinatural. Son precisamente estas piezas las que más me llaman la atención, un jarrón colocado en el suelo que hace pareja con una rejilla colgada en la pared, una cabecita que emerge de la arena cual testimonio arqueológico, una cabeza de una escultura grecorromana en su peana pero puesta mirando a la pared… Epaminonda no aporta información sobre estas piezas, ni de dónde vienen ni de qué fecha son, dejando a libre interpretación del espectador el por qué están ahí esas piezas, un juego que me recuerda al de los famosos jarrones rotos por Ai WeiWei sin saber muy bien si eran originales de la dinastía Han o no.
La exposición culmina con la instalación que más puede llegar a perturbar al espectador, ‘Chronicles’ (2010), una serie de vídeos proyectados sobre las paredes de las últimas salas que albergan la exposición. El espacio se ha pintado enteramente de negro y se accede a él por una única puerta que no te permite ver más que un vídeo proyectado al fondo del pasillo. Según la cartela que se puede leer a la entrada hay hasta seis vídeos repartidos por tres salas, por lo que no tienes más remedio que adentrarte en la más absoluta oscuridad. Algunos visitantes optan por echar un vistazo desde la puerta, tal vez adentrarse un poco, pero da auténtica angustia recorrer las salas en completa oscuridad, casi arrastrando los pies por lo que te puedas encontrar, con las manos por delante para evitar chocar con nada. Los otros sentidos se agudizan cuando la vista no puede proporcionarte más información. La angustia de estar entrando en la boca del lobo se alivia al detenerte en los vídeos proyectados mientras escuchas el sonido ambiental, compuesta para cada proyección por el dúo de música experimental Part Wild Horses Mane On Both Sides. Las proyecciones se presentan en bucle y no tienen un principio y un final, únicamente se reflejan una serie de imágenes como una palmera agitada por el viento, unas estatuillas, el fluir del agua, lo que parece ser una cumbre montañosa nublada… que transmiten cierta paz y tranquilidad, consiguiendo reducir la sensación de estar en un lugar donde cualquier cosa puede surgir de las sombras.
Haris Epaminonda & ‘The Infinite Library’. Centro Andaluz de Arte Contemporáneo. Del 29 de abril al 28 de agosto de 2016.
Sergio Harillo
Cultura de Sevilla
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